28 de abril, Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo

La prevención de riesgos laborales, una actitud que debe inculcarse desde las edades más tempranas

La mayoría de nosotros conocemos y estaríamos de acuerdo con el proverbio chino que dice:

"Dale un pez a un hombre, y comerá hoy. Dale una caña y enséñale a pescar y comerá el resto de su vida"

La cuestión es: ¿podemos aplicar esta regla a la prevención de riesgos laborales?

Los adultos intentamos que nuestros hogares, escuelas y demás espacios que ocupan nuestros pequeños sean seguros para que éstos no sufran ningún accidente. Lo que no es tan habitual, es enseñar a nuestros hijos a detectar los riesgos que les envuelven y, mucho menos, hacerles reflexionar sobre cómo prevenirlos. Haciendo el símil con el mencionado proverbio, podríamos afirmar que enseñando a un niño a prevenir los riesgos que le rodean se consigue que el futuro joven adulto evite los accidentes laborales.

Este 2018, la campaña mundial de la seguridad y salud en el trabajo está centrada en la mejora de la seguridad y salud de los más jóvenes. En este sentido, la sensibilización de los más pequeños debe trabajarse desde edades muy tempranas con el objetivo de que, cuando se incorporen al mundo laboral, lo hagan manteniendo actitudes y comportamientos más seguros. Debe apostarse por una educación temprana en la infancia y concienciar desde otros ámbitos, más allá del laboral, como el hogar o la escuela.

Estos son, a modo de ejemplo, algunos posibles riesgos que pueden correr los niños y que pueden fácilmente extrapolarse al mundo laboral:

Recogida de juguetes. Además de aprender a cuidar y recoger sus pertenencias, hay que hacer reflexionar a los niños acerca de qué puede suceder si no se recogen: existe riesgo de tropezar y caer, de golpearse, etc. Es la forma de que puedan acercarse, de forma temprana, a la medida preventiva orden y limpieza que encontrarán en sus futuros trabajos.

Objetos cortantes. Es habitual que los niños realicen manualidades con tijeras. Más allá de enseñarles a guardarlas, debemos exponer el riesgo de corte si se dejan por el medio.

Almacenamiento de productos de limpieza y/o materiales peligrosos. Estos productos se guardan en zonas fuera del alcance de los pequeños para evitar accidentes. En el mundo laboral, los productos deben ser guardados y etiquetados correctamente y deben tomarse, por lo tanto, medidas preventivas relacionadas con dichos productos químicos.

Protección de las ventanas. En los hogares con niños se suelen proteger las ventanas con mecanismos que impidan que puedan abrirse por completo. De igual forma, se elimina cualquier objeto donde el niño pueda subirse, en especial de zonas como los balcones. Si les enseñamos que no pueden subirse a los distintos elementos del mobiliario, les sensibilizamos acerca del riesgo de caídas.

Correr y tropezar. Enseñar y explicar qué sucede si corren por donde no se deben, hacerles reflexionar sobre el hecho de que deben vigilar por dónde andan, etc., es una buena forma de concienciarles acerca del riesgo de caídas al mismo nivel, tan habitual en el mundo laboral.

Transitar por la calle. A un niño se le enseña a cruzar la calle por el paso de peatones con el semáforo en verde, a circular por las aceras, etc. Con una correcta educación vial, interiorizará valores que en un futuro le evitarán posibles accidentes laborales viales (in itinere, in mision).

Existe una amplia lista de situaciones en el día a día que la sociedad, los adultos, pueden aprovechar para enseñar conductas prevencionistas a los más pequeños. Una sensibilización que ayudará a que, de mayores, al incorporarse al mundo laboral, tengan actitudes más seguras y por lo tanto menos accidentes laborales. Es una labor de todos.

Departamento de Gestión Preventiva de Egarsat