¿Cómo encajamos el control horario en la cuarta revolución industrial?

Raquel Sellarès, Jefa de Gestión Preventiva de Egarsat, nos explica a través del artículo “Control horario versus cuarta Revolución Industrial, ¿cómo lo encajamos”, publicado recientemente por la Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas (AEDIPE), cómo la entrada en vigor del Real Decreto-ley 8/2019, de 8 de marzo, de medidas urgentes de protección social y de lucha contra la precariedad laboral en la jornada de trabajo, por el que se establece la obligatoriedad de registrar las horas de trabajo ha impactado en una sociedad que se dirige inexorablemente hacia la cuarta revolución industrial. La autora analiza y siembra el debate sobre cómo el control horario puede ser contraproducente en una sociedad en la que se erigen empresas centradas en la innovación, la transformación digital y el liderazgo basado en la confianza.

El mundo laboral está transformando trabajos en los que se valoraba el “presentismo”, por otros focalizados en la obtención de resultados y objetivos, cuyo mayor valor reside en la confianza en las personas, la flexibilidad y la conciliación.  Aunque el objetivo de la norma sea evitar abusos, la autora incide en la necesidad de trabajar para que se encuentre el modo en el que empresa y trabajadores se sientan cómodos en la regulación del tándem horarios - cultura corporativa. Un buen equilibrio para que la aplicación de la Ley no implique una involución.

Pero, ¿cómo lo conseguimos? Raquel Sellarès nos explica el importante papel que desempeñan las Direcciones de Recursos Humanos -a través de la negociación colectiva- y los mandos intermedios  -quienes también tienen la obligación de “fichar”, y ahora además, la de controlar el fichaje de sus equipos-.

"En Egarsat siempre hemos creído que para combatir el absentismo, la clave reside en gestionar la presencia, no la ausencia. Y no referida a un aspecto “físico” estricto sensu, sino en el hecho de gestionar el bienestar de las personas"

No debemos olvidar como muchas de las causas que generan absentismo, tienen su origen en la falta de motivación, dificultad para conciliar o atender responsabilidades familiares, insatisfacción con aspectos relacionados en el trabajo, entre otras. Ante esta realidad, el mando intermedio, quien conoce bien a su equipo de trabajo, se convierte en el líder de la gestión de la presencia. Éste tendrá la capacidad de anticiparse a las posibles necesidades de su equipo, transmitir cambios de manera positiva, potenciar los puntos fuertes de cada individuo, generar mayor compromiso entre los miembros del equipo y adoptar un papel proactivo en la gestión de la flexibilidad.

"Un artículo que concluye con la necesidad de hallar un equilibrio acorde a los valores de la empresa, en el que la gestión por parte de las Direcciones de Recursos Humanos y el papel activo de los mandos intermedios, serán clave en el proceso, ya que son ellos quienes conocen mejor a sus equipos y el día a día. En definitiva, una visión crítica y reveladora sobre la entrada en vigor del registro de la jornada de trabajo y su obligatoriedad en un cambio de época en el que la innovación, la transformación digital y las profesiones emergentes son ya una realidad"

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