¿Cómo hidratarse correctamente en el trabajo?

La llegada del calor produce que nuestro cuerpo pierda elevadas cantidades de agua a través de la sudoración y la respiración. Por este motivo, durante todo el año pero especialmente en los meses de verano, es muy importante incrementar la ingesta de líquidos para evitar la deshidratación.

La deshidratación es un estado de desequilibrio corporal que puede tener serias repercusiones para el organismo. Una cantidad insuficiente de líquidos en el cuerpo se asocia a un mayor riesgo de posibles caídas, infecciones urinarias, formación de cálculos renales o dolor de cabeza, entre otros. A nivel laboral, una pérdida de líquidos moderada (entorno al 2.8% de pérdida de peso) puede alterar el rendimiento laboral, ya que puede desencadenar en dificultad en la concentración, somnolencia, mareos, e incluso espasmos musculares o problemas de equilibrio en pérdidas superiores al 9% del peso corporal.

El agua representa un valor medio aproximado de entre el 55% y el 60% del peso corporal total. A diario, se producen pérdidas obligatorias de entre un 5% y un 10% del agua corporal que, si no son compensadas correctamente, podrían llegar a producir trastornos que afecten a nuestra toma de decisiones y función cognitiva, traduciéndose en un descenso de productividad y aumento del riesgo laboral pudiendo, en casos extremos, poner en peligro nuestra vida.

Las variables que definen los niveles correctos de aportación de hidratación para cada persona dependen no solo de cada uno en características como el sexo o la edad, sino también de factores ambientales como la temperatura y la humedad relativa, o de las características propias del lugar de trabajo.

Por todo ello, mantener una pauta de correcta hidratación a lo largo del día no solo puede prevenir riesgos laborales, sino que podría generar un aumento de la productividad suficiente como para compensar los descansos recomendados que se realizan durante la jornada laboral. Esto es así, sobre todo ante ambientes con una gran carga de trabajo físico o intelectual, o en lugares calurosos con aire acondicionado, ya que este propicia la sequedad ambiental.

En términos generales, la ingesta adecuada de líquidos diaria, para un hombre con un trabajo sedentario, oscila entre 1,2L a 2,5L. Si practica alguna actividad física moderada, aumenta hasta los 3,2L. A continuación, te ofrecemos unos consejos dirigidos a mantener unos niveles de hidratación óptimos:

  • Bebe bastante agua durante las comidas y entre ellas
  • Opta por el agua y otras bebidas refrescantes sin azúcares añadidos.
  • Come habitualmente fruta, verdura, sopas y otros alimentos con un alto contenido de agua.
  • No confíes únicamente en la sensación de sed para beber, ten una botella de agua o líquido a mano en el puesto de trabajo.
  • Mantén las bebidas a temperatura moderada ya que favorece una mayor ingesta de líquidos.
  • Elige las bebidas de acuerdo con el nivel de actividad física y estilo de vida.
  • Aumenta la ingesta de líquidos en época de calor y antes, durante y después del ejercicio físico y deporte.
  • Ten en cuenta que el equivalente a 8/10 vasos de líquido al día es una buena referencia para un consumo saludable.