Conocer bien el asma permite un mejor control

El asma es una enfermedad respiratoria crónica que se caracteriza por una inflamación principalmente en bronquios y bronquiolos, que produce un espasmo de los músculos que los rodean, con producción de moco viscoso y difícil de eliminar, todo ello provoca una obstrucción que ocasiona dificultad para respirar.

Afecta a un 5% de la población adulta y a un 10% de la población infantil.

Hay diversos tipos de asma según los factores desencadenantes, que podemos resumir en cuatro apartados:

  • Asma alérgica
  • Asma no alérgica
  • Asma inducida por ejercicios
  • Asma ocupacional

El asma ocupacional representa entre un 10% y un 25% de los casos totales de asma en adultos, y supone aproximadamente 300.000 casos en España. Hay que sospechar el origen laboral si no existía sintomatología antes de iniciar la actividad laboral, o se agrava en el lugar de trabajo o al finalizar la jornada laboral. También es un signo de origen laboral, el hecho de que mejore los fines de semana o en periodo vacacional.

La causa se debe a la inhalación de sustancias utilizadas en medio laboral, humos de origen químico, gases, polvos, etc.

Se han detectado más de 250 sustancias que se usan en actividades industriales como posible origen del asma ocupacional.

Son muy diversas las actividades laborales que están relacionadas con las sustancias inductoras de asma ocupacional. Algunos ejemplos de estas actividades laborales son:

  • Trabajadores/as del sector de la agricultura y ganadería: polvos de grano, ácaros, pelos, escamas, saliva y desechos corporales.
  • Trabajadores/as de la industria metalúrgica: cromo, cobalto, sulfato de níquel, platino, resinas, endurecedores, etc.
  • Trabajadores/as de la industria química y farmacéutica: isocianatos, pinturas, resinas, barnices, adhesivos, medicamentos, etc.
  • Trabajadores/as de la industria alimentaria: harinas, colorantes, leche en polvo, polvo de huevo, cereales, arenque, etc.
  • En carpintería: maderas, barnices, aserrín, etc.

La mejor manera de evitar el asma ocupacional, es el control de la exposición  a productos que la puedan inducir, mediante la disminución  del uso de sustancias dañinas. En caso de no ser posible la reducción de la utilización de productos que pueden inducir asma, hay que facilitar  equipos de protección personal para los trabajadores/as expuestos/as con equipos de protección individual (EPI) y equipos de protección respiratoria (EPR), debidamente homologados y certificados.

Es importante hacer un diagnóstico precoz del asma ocupacional, ya que de ello dependerá el buen control y la evolución de la enfermedad.