Contraindicaciones médicas para volar en avión

La aviación como medio de transporte, se ha convertido en habitual. El volumen de pasajeros que pasaron por los aeropuertos españoles durante el año 2018 supera los 263 millones. Es un medio seguro y rápido para realizar viajes a grandes distancias que hace solo unas décadas suponían muchas horas, días o semanas de viaje. Diez horas de vuelo efectivo nos pueden suponer desplazamientos de más de 8.500 kilómetros. Los primeros barcos de vapor utilizaban unos 15 días en realizar esta singladura.

Volar es el medio de transporte más seguro, aún así, implica unos cambios, que someten a los pasajeros a unas condiciones ambientales con alta variabilidad, según el tiempo y la altura de vuelo. A medida que el avión toma altura se produce una disminución de la presión atmosférica con la consiguiente disminución de la presión parcial de oxígeno. Todo ello se intenta paliar con la presurización de la cabina. A una altitud típica de vuelo de crucero entre 11.000 y 12.000 metros, la presión en cabina equivale a estar entre 1.800 y 2.400 metros, según la aeronave. Ello implica una hipoxia, o disminución de oxígeno en sangre y una disminución de la presión, que conlleva que los gases del interior del organismo se expandan en el ascenso y se contraigan en el descenso.

Todas estas situaciones, implican unos cambios orgánicos que en algunas circunstancias y/o patologías contraindican o desaconsejan puntualmente volar.

Vamos a enumerar las que están normalmente contraindicadas o desaconsejadas puntualmente:

 

Contraindicaciones cardiovasculares:

Angina inestable. Infarto de miocardio reciente (2-3 semanas). Insuficiencia cardíaca descompensada. Reciente intervención coronaria (15 a 30 días). Arritmias ventriculares no controladas.

Accidentes vasculares cerebrales (Ictus) recientes.

Contraindicaciones respiratorias:

Enfermedad obstructiva crónica grave y descompensada. Pacientes con oxigenoterapia domiciliaria. Neumotórax reciente o no resuelto. Neumomediastino. Enfisema y enfermedad bullosa grave. Tuberculosis pulmonar activa. Embolismo pulmonar reciente. Asma bronquial grave mal controlada. Enfermedad descompresiva. Síndrome de sobrepresión pulmonar. Se desaconseja también el vuelo después de haber estado sometido a hiperpresión por buceo (hay que esperar como mínimo 12-24 horas desde la última inmersión).

Contraindicaciones otorrinolaringológicas:

Procesos y/o infecciones que alteren la permeabilidad de la trompa de Eustaquio. Intervenciones recientes del oído medio y/o interno. Otitis o sinusitis en fase aguda.

Contraindicaciones oftálmicas:

Desprendimientos de retina recientes (esperar un mínimo de tres semanas de la intervención, si se ha utilizado gas intraocular)

Contraindicaciones quirúrgicas:

Cirugía abdominal en las dos últimas semanas, incluyendo las de tipo laparoscópico con insuflación de aire. Cirugía bariátrica reciente. Cirugía torácica reciente. Colocación de prótesis metálicas recientes.

Contraindicaciones obstétricas:

Gestación simple de más de 36 semanas. Gestación múltiple a partir de la semana 32. Amenazas de aborto o parto prematuro. Recién nacidos menores de 48 horas.

Contraindicaciones en traumatismos:

Traumatismos torácicos graves. Traumatismos abdominales. Traumatismos cráneo faciales y oculares. Hematoma extradural. Politraumatizados graves recientes.

Contraindicaciones psiquiátricas y neurológicas:

Psicosis activa o descompensada. Crisis de agitación. Epilepsias no compensadas. Intoxicación por alcohol.

Contraindicaciones infecciosas:

Enfermedades infecto-transmisibles activas.

Contraindicaciones hematológicas:

Anemia falciforme sintomática. Síndromes que produzcan hipercoagulabilidad y enfermedad trombo embolica. Anemias severas con hemoglobina <8,5 g/dl.

De las situaciones mencionadas hay algunas que, tras consejo médico, comunicación previa y con suficiente antelación con la compañía aérea, pueden ser consideradas aptas para volar con las consiguientes instrucciones y adaptaciones (oxigenoterápia, CEPAP, profilaxis, medicación de rescate, etc.).

Si se trata de aviones o helicópteros de transporte sanitario y medicalizados, las circunstancias que contraindican el vuelo pueden cambiar, ya que son aeronaves adaptadas a las circunstancias mediante equipos y planes de vuelo específicos.

Ante cualquier duda, siempre es conveniente consultar con el médico ya que la variabilidad es alta y cada caso es particular.

 

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