El mindfulness en la gestión del estrés laboral

Una carga de trabajo excesiva, la sensación de falta de tiempo, la multitarea o la exigencia tanto por parte de nuestros jefes como de nosotros mismos, son algunos de los factores que generan, en muchas personas, ansiedad y estrés laboral.

Estamos en un entorno de cambio continuo, de exceso de información y que avanza a un ritmo vertiginoso, lo cual somete nuestro cerebro a una sobreexposición permanente que, a menudo, no puede gestionar adecuadamente.

En este contexto, se hace necesario introducir nuevas estrategias que nos ayuden a afrontar los efectos negativos del día a día y a vivir de manera más relajada.

Una de estas técnicas es el mindfulness, una forma de meditación que integra las enseñanzas de Buda en Oriente junto con las investigaciones más científicas de Occidente, y que puede traducirse como “conciencia plena” o “atención plena”. El mindfulness parte de la idea de que nuestra mente genera pensamientos constantes de forma automática e inconsciente, y de que vivimos en una realidad inundada de estímulos que dispersan nuestra atención y nos hacen olvidarnos de nosotros mismos.

Beneficios del mindfulness
El mindfulness aporta numerosos beneficios a aquellas personas que lo aplican en su día a día. Además de ayudar al desarrollo de habilidades para gestionar el estrés, esta técnica permite trabajar mejor las emociones. Ayuda a tener un mejor estado físico y emocional, a mejorar la capacidad cognitiva y a tener un mejor razonamiento verbal. También permite que la persona, en lugar de reaccionar, responda adecuadamente ante determinadas situaciones. En el plano laboral, favorece la creación de hábitos de trabajo, la capacidad de concentración, la creatividad y a una mejor gestión de las situaciones estresantes.

La práctica del mindfulness también conlleva aspectos muy positivos para las organizaciones. Así, ayuda a reducir el absentismo laboral, a causa de la disminución del estrés, el agotamiento mental y la ansiedad de los trabajadores; reduce el número de conflictos al permitir relativizar los juicios de valor y los perjuicios mentales, y mejora el trabajo en equipo.

Aplicar el mindfulness en nuestro trabajo
Estas sencillas técnicas te ayudarán a conseguir un mayor bienestar, a trabajar mejor y a reducir la tensión del día a día en el puesto laboral:

  • Céntrate en una tarea

Presta atención al 100% en lo que estás haciendo. Una manera de trabajar más conscientemente es realizar una actividad a la vez. A menudo, la multitarea no te hace más productivo, sino que causa el efecto contrario y puede generar estrés. Pon toda tu atención en aquello en lo que estás trabajando actualmente. Procura ignorar los correos electrónicos u otros posibles distractores, como mínimo durante períodos cortos de tiempo que te marques.

  • Aprovecha las pausas

Cuando acabes una tarea, aprovecha para hacer una pausa. Con un minuto es suficiente. Durante los descansos no dediques tu tiempo a mirar el móvil o los correos electrónicos. Intenta cerrar los ojos, relajar tus hombros y concentrarte en tus sensaciones. Aprovecha para realizar unas cuantas respiraciones profundas. Regresa lentamente a tus tareas.

  • Da un pequeño paseo

Si tienes la posibilidad, sal a pasear después de comer. Camina durante un cuarto de hora por un lugar con pocas distracciones y lo más alejado del ruido posible, concentrándote en el ritmo de tus pasos y en la sensación de tus pies, la velocidad y el ritmo. Puedes intentar coordinar tu respiración.

  • Relájate y chequea tu respiración

La respiración es una de las mejores herramientas para gestionar el estrés. Los ejercicios de respiración conscientes nos ayudan a calmarnos y a desestresarnos en situaciones complicadas. No es necesario dedicar mucho tiempo a los ejercicios de respiración, pero sí estar concentrados en ellos y en nuestro cuerpo (en silencio, si es posible) y mantener una buena higiene postural (espalda recta), de forma que podamos liberar a la mente del trabajo por unos instantes.

  • Comprométete con el mindfulness

A menudo, el ritmo ajetreado hace que se nos olvide practicar el mindfulness. Añade recordatorios a tu agenda, pon un post-it en la pantalla del ordenador o alarmas en el móvil para recordarte que debes dedicarte pequeños momentos del día. Poco a poco, estas acciones se convertirán en un hábito.

Si nos paramos a reflexionar y a practicar pequeños ejercicios de mindfulness al día, estaremos más enfocados, nos comunicaremos mejor, seremos más creativos y, por lo tanto, obtendremos un mejor resultado.

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