La prevención de riesgos laborales de los empleados del hogar

Al igual que ocurre con el resto de trabajadores, los profesionales domésticos están expuestos a ciertos riesgos laborales inherentes a la actividad que desempeñan. Las caídas a distinto y al mismo nivel, los golpes y cortes con objetos o herramientas, los contactos térmicos, los sobreesfuerzos o el riesgo químico de los productos usados, son algunos de los ejemplos que deben tenerse en cuenta, y sobre los cuales se debe trabajar.

Normativa existente
La normativa en materia de prevención de riesgos laborales en cuanto a los empleados del hogar es un ámbito que todavía tiene un amplio camino de desarrollo. Ello no obstante, el artículo 3.4 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales hace una referencia clave en el ámbito de la prevención de riesgos en el sector del servicio del hogar:
 “3.4. La presente Ley tampoco será de aplicación a la relación laboral de carácter especial del servicio del hogar familiar. No obstante lo anterior, el titular del hogar familiar está obligado a cuidar de que el trabajo de sus empleados se realice en las debidas condiciones de seguridad e higiene”.

Aunque en un primer momento se especifica que a los empleados del hogar no les afecta la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, más adelante, se pone de relieve la necesidad de que el empleador o empleadora garantice su salud mediante unas condiciones de seguridad adecuadas, es decir, lo mismo que persigue dicha Ley.

Medidas preventivas para empleados del hogar
Para minimizar los riesgos a que están expuestos los empleados del hogar, se pueden aplicar distintas medidas preventivas, entre las cuales destacan:

  •  Usar escaleras o escalones adecuados, en función de la altura a la que se pretenda acceder o del tipo de tarea a realizar.
  •  No subir a objetos inestables como baldas poco resistentes, sillas, taburetes, muebles…
  •  Usar calzado antideslizante con talón cerrado y con propiedades antiestáticas.
  •  Asegurar la limpieza y el orden del hogar: no dejar cables sueltos y objetos en el suelo y zonas de paso ya que se puede tropezar con ellos.
  •  Evitar pisar suelos resbaladizos.
  •  Usar los utensilios de cocina adecuados para cada tarea, revisándolos siempre antes de su uso: estado general, filo y mangos. Si son utensilios mecánicos, leer con detenimiento las instrucciones de uso y mantenimiento.
  •  Asegurar que los cuartos de almacenamiento disponen del suficiente espacio y luz.
  •  Asegurar las estanterías, que han de tener la superficie y la resistencia necesarias, según los objetos a almacenar. Los objetos más pesados se deben almacenar en las estanterías más bajas, evitando así su caída.
  •  No almacenar objetos voluminosos en zonas de paso.
  •  Procurar que todos los cajones y puertas de armarios salientes estén cerrados durante los trabajos, para evitar golpes y caída de objetos.
  •  Prestar mucha atención a la temperatura que de las superficies y aparatos que puedan estar calientes, como hornos, quemadores, suelas de plancha o herramientas eléctricas, y nunca limpiarlos o tocarlos en ese momento.
  •  No llenar los recipientes como ollas o sartenes hasta arriba a la hora de cocinar alimentos.
  •  Prestar especial atención al freír alimentos (en sartenes y freidora) o sacarlos del horno en placa o recipientes.
  •  No apagar aceite en llamas con agua.
  •  Evitar transportar recipientes calientes o llenos de líquidos calientes.
  •  Los recipientes calientes hay que tocarlos y retirarlos con manoplas de protección térmica.

En cuanto a los riesgos químicos y los sobreesfuerzos a los que este colectivo está también expuesto, desde Egarsat hemos elaborado dos publicaciones con consejos y medidas que ayudarán a mejorar su seguridad y salud laboral:

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