Promoción de la salud mental en el ámbito laboral

Destinamos gran parte de nuestra vida al trabajo, siendo nuestra vivencia en él, un factor capaz de determinar nuestro bienestar general. Si bien es cierto que el trabajo resulta beneficioso para nuestra salud mental, convivir en un entorno laboral negativo, puede llegar a afectarnos física, mental y emocionalmente.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud mental es un estado de bienestar en el que la persona es capaz de desarrollar sus capacidades, afrontar el estrés normal de la vida, trabajar de forma productiva y contribuir en su comunidad.

Más allá de los popularmente conocidos riesgos físicos o ergonómicos, se encuentran los denominados riesgos psicosociales, los cuales plantean grandes dificultades en el ámbito de la seguridad y salud en el trabajo, capaces de influir en el bienestar y la felicidad de los trabajadores; pero también en el buen funcionamiento y productividad de las empresas.

El entorno laboral y el modo en que se organiza y se gestiona el trabajo influyen directamente en la salud mental de los trabajadores; por lo que contar con el apoyo social, tener la sensación de inclusión, encontrar sentido al propio trabajo o ser capaz de organizar y tomar decisiones, son algunos de los factores que favorecen una buena salud mental de los empleados.

En Europa, los trastornos mentales, son el segundo problema de salud más común en el trabajo. Por ello, las organizaciones deben asumir un papel activo en este ámbito, aplicando medidas eficaces para promover la salud mental en el lugar de trabajo, que contribuyan al bienestar mental de los trabajadores, a la disminución del absentismo laboral y al aumento de la productividad de las empresas.

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Medidas para promover la salud mental en el ámbito laboral

1 | Normalizar la salud mental en la empresa

Combatir de forma activa la estigmatización y la invisibilización de este tipo de problemas, naturalizándolos y brindando apoyo a los empleados. Generar una cultura de aceptación y soporte, informando a los trabajadores la posibilidad que tienen de pedir ayuda.

2 | Detectar, debatir problemas y encontrar soluciones

Destinar recursos y espacios para hablar de los problemas de salud mental, promoviendo la participación de los empleados.

3 | Reducir los factores de riesgo relacionados con el trabajo

Tomar conciencia del entorno de trabajo y de cómo éste se puede adaptar para promover una mejora en la salud mental de los empleados.

4 | Fomentar programas de promoción de hábitos saludables

Promover la autoconciencia, la vida sana, la alimentación equilibrada y la realización de ejercicio físico.

5 | Favorecer conductas positivas

Desarrollar los aspectos positivos del trabajo, además de las cualidades y capacidades de los empleados. Las competencias profesionales y personales, como la comunicación, la empatía o la asertividad, son aspectos fundamentales para la salud mental de los empleados.

6 | Implementar programas de ayuda psicológica

Ofrecer asesoramiento profesional y servicios de atención psicológica a los empleados, dotándoles de instrumentos para gestionar el estrés de manera adecuada.

Las intervenciones en materia de salud mental deben formar parte de una estrategia integrada de salud y bienestar que abarque la prevención, la detección temprana, el apoyo y la reincorporación al trabajo. La clave del éxito consiste en implicar a las partes interesadas y al personal de todos los niveles, no solo cuando se lleven a cabo intervenciones de protección, promoción y apoyo, sino también cuando se evalúe su eficacia.

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