Sol: Beneficios e Inconvenientes

A unos 150 millones de kilómetros de la Tierra se encuentra nuestra estrella, el Sol. Es nuestra fuente de vida y contiene el 99,9 por ciento de toda la materia de nuestro Sistema Solar.

El Sol proporciona las condiciones idóneas para que la vida exista en la Tierra. La principal energía que recibimos de nuestra estrella es la radiante o luz solar. Es imprescindible  para nuestra existencia y nos proporciona beneficios y también inconvenientes de los que tenemos que ser conscientes y de los cuales nos podemos y debemos protegernos.

En primer lugar pasaremos a detallar algunos de los muchos beneficios que nos proporciona el Sol:

 

  • Incrementa la respuesta inmunológica al aumentar la producción de los glóbulos blancos.
  • Promueve la síntesis de Vitamina D, con tan solo 5-10 minutos de exposición, dos o tres veces por semana. Esta vitamina es necesaria para la absorción del calcio, cuyo déficit puede producir osteoporosis en el adulto y raquitismo en la niñez.
  • La radiación ultravioleta regula la producción de melatonina, con la consiguiente regulación de los ciclos del sueño.
  • Aumenta el metabolismo del Colesterol, ayudando a su disminución.
  • Disminuye la presión arterial al producir vasodilatación.
  • Mejora el estado de ánimo al promover la síntesis de Serotonina.
  • Reduce la incidencia de infecciones respiratorias.
  • Mejora el tejido epitelial y la cicatrización.
  • Favorece la respuesta sexual al intervenir en la síntesis de Testosterona.

Los inconvenientes o riesgos vendrán determinados por una prolongada exposición al Sol y al aumento de temperatura, sobre todo en la época estival.

Una exposición prolongada al Sol puede ser la causa de lesiones cutáneas irritantes en forma de quemaduras y envejecimiento prematuro, al producirse un aumento de radicales libres dañando las fibras colágeno. Se pueden producir lesiones más importantes que pueden desembocar en lesiones cancerosas, en especial el melanoma, que es el tipo de cáncer más grave y agresivo de la piel al inducir metástasis, siendo la principal causa de mortalidad de las enfermedades de la piel.

Existen una serie de factores de riesgo que tenemos que tener en cuenta para la prevención de la patología inducida por la radiación ultravioleta:

 

  • Las personas con piel clara, ojos claros, cabello rubio y/o pelirrojo con pecas, tienen menos pigmento (melanina) y están más expuestas a la radiación solar, al estar más desprotegidas, aunque ello no implica que población con piel oscura estén exentas de  quemaduras.
  • Las personas con antecedentes anteriores de quemaduras solares graves, tiene aumentadas las posibilidades de inducir un melanoma.
  • Personas con muchos lunares, también tiene más riesgo  de padecer melanoma, al estar expuestas a la radiación solar sin protección.
  • Los antecedentes familiares de melanoma, también es un factor de riesgo a tener en cuenta.
  • Las personas inmunodeprimidas y/o sometidas a tratamiento inmunosupresor, tienen un factor de riesgo aumentado.

También  algunos fármacos  de uso habitual pueden ocasionar fotosensibilización al utilizarse  conjuntamente con exposiciones prolongadas al Sol. (antibióticos, antiinflamatorios, antihistamínicos, antihipertensivos, antidepresivos entre otros, tanto por vía tópica y/o sistémica).

Una exposición a la radiación ultravioleta excesiva, así como la utilización de cabinas y camas de bronceado, aumentan las posibilidades de lesiones cutáneas que pueden llegar a desencadenar el melanoma.

La exposición  a la altura durante largos periodos de tiempo, implica desprotegernos de la protección de la atmósfera, ya que a mayor altitud más fina es la capa atmosférica con la consiguiente falta de filtro de la radiación ultravioleta. Por cada 1.000 metros de altura aumenta un 15% la radiación ultravioleta.

 

Podemos protegernos del riesgo a la exposición solar con una serie de consejos:

 

  • Evitar la exposición solar en las horas de máxima radiación, entre las 10 y las 16 horas.
  • Utilizar protectores solares adecuados para cada tipo de piel y pigmentación. Utilizando factores altos al inicio de las primeras exposiciones. Hay que aplicar los protectores cada dos o tres horas.
  • Evitar exposiciones prolongadas al Sol, aunque llevemos protección ya que la seguridad absoluta no existe. Hay que tener especial cuidado con los niños menores de tres años, protegiéndolos con ropa y protectores adecuados a su edad.
  • Utilizar ropa adecuada, preferentemente de colores claros y transpirables de algodón, lino, etc. Utilizar gafas de sol y sombrero con alas.
  • La hidratación adecuada es muy importante durante la exposición solar. La deshidratación ocasionada por el exceso de sol y aumento de la temperatura puede ocasionar un golpe de calor, principalmente en niños y ancianos.

Las recomendaciones son útiles para poder disfrutar de nuestro planeta de una forma segura. A nuestra estrella el Sol, con una antigüedad de unos 4.800 millones de años, todavía le queda combustible para unos 5.000 millones años, antes de que se convierta en una enana blanca. Es nuestro motor de vida y tenemos tiempo para disfrutarlo pero siempre con la prudencia y protección adecuada.

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