Uso correcto de las mascarillas

Este año 2020 está provocando situaciones impensables solo hace unos pocos meses. Las rutinas, la manera de vivir, la vida social, todo ha variado de forma abrupta a causa de un enemigo invisible pero que está presente, el SARS CoV-2 (COVID-19).

Entre las novedades que esta “nueva normalidad” ha provocado, está la obligación del uso de las mascarillas en espacios públicos. Esta situación ha ocasionado dudas y problemas en lo que respecta al uso, incovenientes y efectos secundarios, que aunque leves pueden ser molestos en alguna ocasión.

¿Por qué utilizar mascarillas?

Las mascarillas son una medida de prevención eficaz y esencial en lugares donde es difícil mantener la distancia de seguridad. Son una barrera que impide la propagación de gotículas (gotitas de Flügge) respiratorias que se producen al respirar, toser, estornudar o simplemente al hablar en voz alta. Su eficacia se produce cuando cubren la zona de la nariz y la boca. Hay evidencia contrastada que demuestra que el virus SARS CoV-2 (COVID-19) se propaga  entre las personas que tienen un contacto cercano (aproximadamente a una distancia de 1,5-2 metros).

¿Qué tipos de mascarillas existen y qué uso tienen?

Higiénicas

Suelen estar fabricadas con una o varias capas de tejido. Protegen a quien las usa y a las personas de su entorno. Su función es evitar la emisión y entrada de gotículas que se producen al hablar, estornudar o respirar. Pueden ser reutilizables o no. Su eficiencia de filtración bacteriana tiene que ser igual o mayor del 95% en las no reutilizables y de un 90% en las reutilizables. Están recomendadas para la población sana sin contacto con enfermos COVID-19. El uso de este tipo de mascarillas no implica que se tengan que relajar las otras medidas de protección que son la higiene de manos y mantener la distancia de seguridad adecuada.

Quirúrgicas

Es una mascarilla sanitaria que suele usarse para limitar la emisión de gotículas de quien la lleva puesta y así evitar la transmisión infecciosa al entorno. También tiene función protectora al filtrar la entrada de gotículas y fómites. Su eficacia de filtración es igual o superior al 95%. Están recomendadas a la población que ha estado en contacto con personas con síntomas recientes o sospecha de COVID-19, población vulnerable (edad avanzada, cuidadores, enfermos crónicos, profesión de cara al público, etc.).

EPI (Equipo de protección individual)

Es una mascarilla cuya finalidad es la de filtrar el aire. Es la recomendada para el personal sanitario y profesiones de alto riesgo en posible contacto con aerosoles provenientes de pacientes de COVID-19. También se denominan N95 (por la FDA) de Estados Unidos y FFP2 o FFP3 (En la Unión Europea). El personal sanitario las desecha después de cada uso.

No es recomendable el uso de mascarillas con válvula ya que no evita la exhalación del usuario, solo la inhalación, por lo que la persona que la usa puede ser transmisor/a de la infección.

¿Qué inconvenientes pueden ocasionar las mascarillas?

El uso continuado durante horas de mascarillas puede ocasionar una serie de lesiones que aunque leves, pueden ser muy molestas.

Los problemas ocasionados son principalmente afecciones de la piel y  oculares.

Las dermatitis (irritación de la piel) pueden ser ocasionadas por alergia a algún material o tejido, la propia fricción de la mascarilla, y el aumento de la humedad y el calor provocado. También pueden agravar afecciones prexistentes como la dermatitis seborreica, la rosácea y el acné.

En la prevención y el tratamiento de estas afecciones será fundamental una buena hidratación de la piel y utilizar cremas con efecto barrera en las zonas de mayor roce. En las mascarillas que son más oclusivas como las FFP2, es útil aplicar vaselina en las zonas en contacto directo con la piel.

Una buena higiene antes y después de utilizar la mascarilla es también recomendable, así como NO usar maquillaje para facilitar una eficaz transpiración de la piel.

Los problemas oculares tienen su origen en un mal ajuste de la mascarilla pudiendo producir visión borrosa y sequedad ocular. El uso de gafas ocasiona que se produzcan vahos que dificultan la visión al empañarse los cristales. El buen ajuste y el uso de colirios de lágrimas artificiales pueden aliviar estos síntomas.

No es conveniente usar mascarillas en las siguientes ocasiones:

  • En los niños/as menores de dos años.
  • En personas afectadas por problemas respiratorios siempre que el especialista así lo aconseje.
  • Personas con importante alteración de la conducta que haga imposible su utilización.
  • Personas que no se puedan valer por sí mismas, discapacitados, inconscientes, etc.
  • En el ámbito familiar, salvo que se conviva con un caso confirmado.
  • Personas con actividad física de alta intensidad si ello provoca dificultad de respirar. En este caso es importante mantener la distancia de seguridad y realizar la actividad al aire libre.

Se pueden considerar alternativas en personas con dificultad de audición o comprensión, y en cuidadores/as de personas con problemas auditivos, utilizando mascarillas transparentes que ayudan y facilitan leer los labios y ver las expresiones faciales.

A todas estas consideraciones, no hay que olvidar además  la necesidad de un buen lavado de manos y mantener una distancia de seguridad adecuada. Son tres medidas que usadas conjuntamente ayudan a contener la transmisión de este nuevo intruso llamado COVID-19 con el que nos ha tocado convivir, de momento…

DRJoanFrancesc

Doctor Joan Francesc Hernández Terradas

Coordinador Médico de Grandes Cuentas
Dirección de Gestión del Mutualista