Visión y cuidado de los ojos

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Hay evidencia del conocimiento y descripción de las enfermedades de los ojos desde hace más de tres milenios. El documento más antiguo conocido hasta ahora que trata de medicina es el “Papiro de Ebers”, que data aproximadamente 1.500 años a.C, escrito durante la XVIII dinastía del antiguo Egipto y descubierto en Luxor en 1862.

En este papiro escrito en hierático, ya se describía con cierta precisión una serie de enfermedades que afectaban al órgano de la visión y sus anejos (conjuntivitis, leucomas, estrabismo, tracoma, orzuelo, carcinoma, ectropión, entre otros). Previamente, en el código de Hammurabi, grabado en una estela de diorita (antigua Mesopotamia en torno  a 1752 a.C) se mencionan 282 leyes, una de ellas incluye las lesiones en los ojos, y las consecuencias legales para los sanadores, según si los resultados obtenidos eran favorables o no.

Todo ello implica el interés que, desde tiempos inmemoriales, ha tenido el órgano de la visión, por ser el sentido mediante el cual obtenemos mayoritariamente la información de nuestro entorno.

El pasado 12 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Vista. Según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima la existencia de aproximadamente 1.300 millones de personas a nivel mundial que tienen alguna forma de deficiencia visual, de las cuales aproximadamente 40 millones son ciegas. En España, el número de invidentes es de aproximadamente 70.750 personas.

 

Patologías oculares más frecuentes

gafasvisión
Los defectos de refracción
 
Presbicia

Primera causa de déficit visual en la población mayor de 45 años, es progresiva hasta aproximadamente los 65 años. Está causada por el endurecimiento del cristalino ocasionado por el envejecimiento lo que implica la pérdida de capacidad para enfocar objetos cercanos. Se manifiesta como visión borrosa a una distancia de lectura normal, se puede asociar a cefaleas y cansancio ocular. Otros factores como diabetes, hipermetropía, esclerosis múltiple o enfermedades vasculares pueden ocasionar presbicia prematura en menores de 40 años. También el uso de ciertos medicamentos puede acelerar la presbicia, como antidepresivos, antihistamínicos y diuréticos. La corrección de la refracción se consigue con lentes.

 
Miopía

Ocasiona dificultad de visión lejana y tiene un importante factor hereditario. Suele hacerse evidente durante la niñez y cursa  de forma progresiva hasta la adolescencia con tendencia a la estabilización en la edad adulta. Su tratamiento es con lentes o cirugía. Menos frecuente es la miopía maligna, de carácter hereditario y alteraciones estructurales del ojo. La evolución es rápida y puede ocasionar hemorragias y/o desprendimientos de retina.

 
Hipermetropía

Dificultad de visión cercana ocasionada por un ojo de tamaño corto lo que implica una dificultad de enfoque de los objetos cercanos. Igual que la miopía también tiene una base hereditaria. Su corrección se consigue con lentes o cirugía.

 
Astigmatismo

Se caracteriza por una visión distorsionada producida cuando la córnea no tiene la misma curvatura en todos sus ejes. Tiene un componente hereditario. También puede aparecer combinado con la miopía y la hipermetropía. Su corrección se consigue con lentes o cirugía.

La miopía, hipermetropía y astigmatismo son otros defectos de refracción comunes y habitualmente son de aparición temprana.

 

Cataratas

Las cataratas son opacidades que se producen en el cristalino, son evolutivas en el tiempo de forma lenta y se producen con más frecuencia en la edad avanzada. Se produce distorsión de la visión, borrosidad, deslumbramientos, etc. Es la causa más frecuente de ceguera reversible, ya que la cirugía es muy efectiva en estas situaciones. Hay una serie de factores de riesgo como la diabetes, el tabaquismo, uso de ciertos medicamentos, edad avanzada, etc.

 

Glaucoma

El glaucoma se produce por el aumento de la presión intraocular ocasionando lesión del nervio óptico y provocando una disminución del campo visual pudiendo incluso llegar a la ceguera si no es detectado de forma precoz y tratado adecuadamente. Es evolutivo en el tiempo  y no provoca sintomatología temprana lo que implica un diagnóstico tardío. Hay una serie de factores de riesgo que hay que considerar como los antecedentes familiares, la miopía alta, la raza negra, diabetes, hipertensión arterial, etc.

 
Retinopatía diabética

Es una de las complicaciones más frecuentes de la diabetes mal controlada, que ocasiona  daño en las células de la retina provocando lesiones hemorrágicas. En ocasiones, no se produce sintomatología hasta que las lesiones son de cierta entidad, pudiendo incluso llegar a la ceguera en casos avanzados. El tratamiento es complejo y merece un continuo seguimiento por parte del especialista. Es fundamental un diagnóstico precoz de la diabetes y un tratamiento y control estricto de la enfermedad de base.

 

Degeneración macular asociada a la edad (DMAE)

Es un acumulo de sustancias de desecho que proviene de las células, conos y bastones. Estas sustancias forman lo que se denominan drusas, que aparecen como detritus amarillentos formados por lípidos, y que se depositan en la mácula, que es la zona que nos proporciona la visión más precisa. La DMAE es la principal causa de ceguera en personas mayores de 65 años que viven en el mundo desarrollado. Se han descrito diversos factores de riesgo como la dislipemia, hipertensión arterial, hábito tabáquico, alcohol, diabetes, obesidad, edad avanzada, exposición al sol, factores genéticos, etc.

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Consejos para conservar la visión en buen estado

 

La revisión oftalmológica es fundamental, aunque se tendrán en cuenta las frecuencias de visita según la edad y si ya hay o no patología visual diagnosticada previamente.

La primera visita se recomienda a los 4 años de vida, si es que anteriormente no se han detectado signos de problemas visuales. Revisiones periódicas en la edad escolar son recomendables anualmente para valorar la agudeza visual.

Llegada la adolescencia, los defectos de refracción como la miopía y otras afecciones suelen debutar, por lo que se recomienda una valoración y exploración completa. Si no se detectan problemas visuales, las revisiones se pueden espaciar hasta los 35-40 años, edad en la que podemos detectar de forma precoz problemas visuales asintomáticos, como aumento de tensión intraocular, etc.

A partir de 40-45 años, empiezan a aparecer los problemas visuales propios de la edad como la presbicia, por lo que las revisiones se hacen  necesarias como prevención y evitar futuras complicaciones.

A partir de los 60-65 años, resulta imprescindible una revisión oftalmológica anual ya que los defectos visuales se hacen más presentes y se pueden objetivar defectos futuros como cataratas, degeneración macular, glaucoma, etc.

La salud visual merece una serie de cuidados con hidratación adecuada y un aporte de nutrientes, vitaminas y antioxidantes. Estos nutrientes los encontramos en las frutas y verduras ricas en Vitamina A, Vitamina C, luteína, etc.  Es recomendable que la dieta contenga zanahorias, espinacas, kiwi, brócoli, cítricos y vegetales de hojas verdes, entre otros.

 

Doctor Joan Francesc Hernandez Terradas

Coordinador Médico de Grandes Cuentas
Dirección de Gestión de Mutualista

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