Adoptar hábitos saludables en el ámbito laboral

El objetivo principal de la prevención de riesgos laborales es promover la seguridad y salud de las personas trabajadoras. Con el propósito de mejorar las condiciones de trabajo, administraciones públicas y empresas, destinan todo tipo de recursos. Aun así, las contingencias profesionales siguen produciéndose, comportando pérdidas económicas, sociales y, por encima de todo, personales. Egarsat, con el ánimo de ayudar a las empresas, ha elaborado el presente “procedimiento preventivo para la adopción de hábitos saludables en el ámbito laboral”, donde se exponen los principales aspectos a considerar por parte de aquellas personas con responsabilidades en prevención de riesgos laborales en sus empresas, que quieran abordar un proceso interno para adoptar hábitos saludables que redunden en la seguridad y salud de la plantilla.

  1. Establecer una política preventiva de promoción de la salud implantada desde gerencia. Para lograr un entorno laboral saludable, con menos siniestralidad, es necesario que todos los miembros de la organización (gerencia y/o alta dirección, mandos intermedios, plantilla, etc.) estén concienciados e implicados en los beneficios y ventajas que conlleva la promoción de la salud, creando una cultura de empresa que incluya la salud y que se encuentre integrada en el plan de gestión.
  2. Realizar un plan de acción para ser una organización saludable. El plan debe tener como objetivo la disminución de los accidentes de trabajo, reduciendo o eliminando los riesgos, y el fomento de hábitos para mejorar la salud de las personas, aplicables tanto en el ámbito laboral como en el personal. Los beneficios que debe aportar son:
    • Mejora de la salud física, mental, emocional y del clima laboral, al crearse entornos laborales saludables y seguros.
    • Reducción del absentismo laboral y de los costes económicos asociados.
    • Mejora de la imagen interna y externa de la empresa. Aumenta la capacidad de atracción y de retención del personal.
  1. Establecer un programa de alimentación saludable. Una alimentación saludable es fundamental para prevenir las enfermedades crónicas e infecciosas, al dotar a nuestro organismo de más capacidad de resistencia para enfrentarse a las mismas. Asimismo, da lugar a un mejor estado de salud y bienestar que ayuda a mejorar el rendimiento y a aumentar la vitalidad. En este sentido, el programa debe fomentar:
    • Seguir una dieta equilibrada y variada, siempre de acuerdo a la pirámide nutricional, para aportar los nutrientes necesarios para el organismo.
    • Comer 5 veces al día con un reparto equilibrado de los nutrientes en las comidas.
    • Se recomienda beber de 1 a 2 litros diarios.
    • Comer despacio y masticar correctamente los alimentos facilita la digestión y la absorción de los nutrientes. El horario debe ser suficiente para poder comer sin prisas.
    • Seguir las pautas de periodicidad que establece la pirámide nutricional (a diario, días alternos…).
  1. Crear un programa de fomento de la actividad física. Considerando las recomendaciones de la OMS, es preciso realizar unos 30 minutos diarios de ejercicio físico moderado para obtener beneficios para el sistema cardiorrespiratorio y osteomuscular, reducir el riesgo de padecer hipertensión y controlar el sobrepeso. Algunas pautas que puede promover el programa son:
    • Fomentar la realización de actividad física en cualquier circunstancia, lugar y momento.
    • Desplazarse caminando siempre que sea posible y utilizar las escaleras en lugar del ascensor.
    • Hacer una pausa cada 2 horas en el trabajo, para descansar, cambiar de postura, hacer ejercicios de estiramientos, etc.
    • Practicar algún deporte al aire libre. Caminar es la actividad más fácil de realizar.
    • Organizar eventos de algún deporte colectivo que, además de la actividad física, fomenten el trabajo en equipo.
  1. Instaurar un programa de fomento del sueño saludable. El sueño es una necesidad biológica que permite restablecer las funciones físicas y psicológicas para tener un rendimiento pleno. Las personas pasamos aproximadamente la tercera parte de nuestra vida durmiendo. No dormir bien comporta:
    • Reducir la capacidad de concentración y de atención, y la calidad de la tarea.
    • Cometer más errores y aumentar la probabilidad de sufrir un accidente de trabajo.
    • Aumentar la sensación de cansancio y fatiga y, disminuir el rendimiento.

El programa debe contener las siguientes normas de higiene para ayudar a conciliar el sueño:

      • Seguir una rutina para dormirse y levantarse a la misma hora.
      • Evitar antes de ir a dormir, los estimulantes (café, refrescos, etc.), las bebidas alcohólicas y el tabaco, que es causa directa de apneas obstructivas (fallo de la respiración al dormir).
      • Las cenas deben ser ligeras para hacer una buena digestión mientras dormimos.
      • Un poco de ejercicio al menos 4 horas antes de ir a dormir mitiga el estrés y la tensión acumulados durante el día y nos ayuda a descansar mejor.
      • No utilizar dispositivos electrónicos (móviles, TV, ordenadores, etc.).
  1. Crear un programa para prevenir la adicción al alcohol y otras sustancias. El consumo de alcohol, de algunos medicamentos y de sustancias psicoactivas, pueden crear adicción y/o dependencia, siendo nocivos para la salud y peligrosos para la realización de algunas actividades laborales (conducción de un vehículo, etc.) al alterar el sistema nervioso y afectar a la capacidad de percepción, al control motor, etc. La actuación de las empresas debe enfocarse a la rehabilitación de las personas mediante campañas de sensibilización y concienciación sobre los riesgos para la salud que comporta el consumo de esas sustancias, facilitar la asistencia a programas de ayuda para superar esta dependencia, ayuda psicológica, etc. También se debe evaluar si alguna situación laboral es un factor de riesgo que pueda favorecer su consumo y tomar las medidas oportunas para reducirlo.
  2. Fomentar un programa de deshabituación tabáquica. Las empresas deben realizar campañas de sensibilización y de concienciación para informar sobre los riesgos del tabaquismo y sobre cómo dejar de fumar, puesto que su consumo está relacionado con un elevado número de enfermedades (cáncer de pulmón, etc.). Un programa empresarial ayudará a fomentar la participación de las personas en otras actividades orientadas a la promoción de la salud (ejercicio físico, alimentación saludable, etc.) o participar y difundir las campañas realizadas por asociaciones o fundaciones (Día Mundial sin Tabaco, etc.). También se puede facilitar otro tipo de ayuda, como la asistencia a programas de deshabituación tabáquica, el apoyo psicológico, etc.
  3. Implementar un programa de higiene postural en el trabajo. Es muy importante tener presente que los malos hábitos posturales pueden ser la causa de problemas en el futuro, por lo que las personas deben ser conscientes de que la manera de sentarse, agacharse, llevar la compra, etc., y como se realizan las diferentes actividades laborales puede tener incidencia sobre nuestra salud. En este sentido, un programa de higiene postural formará e informará a la plantilla sobre la manera correcta de manipular cargas, de sentarse, etc., evaluar los riesgos ergonómicos y tomar las medidas necesarias para eliminar o reducir estos riesgos. También, se puede organizar y planificar el trabajo introduciendo pausas y fomentando la realización de estiramientos musculares, para evitar lesiones músculo-esqueléticas.

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