Nos gustan las redes sociales… ¿O es otra cosa?

Hoy en día, nadie discute el interés o la utilidad de las llamadas “redes sociales”. Facebook, Twitter, Linkedin… no solo forman parte de nuestras vidas, sino que en algunos aspectos nos son totalmente imprescindibles. Su utilidad, en el trabajo, en el comercio y marketing, son incuestionables. En el aspecto social, han cambiado las formas de relacionarnos, e incluso las normas de educación y etiqueta.

En Medicina, en concreto, han contribuido al desarrollo de grupos de investigación, y a la difusión de los hallazgos científicos, como casi ninguna otra cosa. Incluso, se usan como herramienta terapéutica, en pacientes con problemas de relación.

Sin embargo, las relaciones interpersonales a través de las redes sociales, tienen una diferencia fundamental con las relaciones de persona a persona. Cuando interactuamos personalmente, esta interacción es continua. Las acciones, efectos y consecuencias, se desarrollan de forma continuada en el tiempo de la relación. En cambio en el caso de las redes sociales (por rápidas que estas sean), esta interacción, se lleva a cabo por pulsos. Es decir, que hay un pequeño tiempo de latencia, entre la acción y la respuesta que se obtiene.

Esta interacción por pulsos, es la base de los mecanismos de mantenimiento de una conducta, y es importante tener en cuenta que, para que el ser humano repita una acción tiene que percibirla como positiva.

Dispositivos electrónicos

La traducción bioquímica, de esa sensación, es un aumento del neurotransmisor “Dopamina”, en un lugar determinado del cerebro que se denomina “Núcleo Accumbens”. Cuanto más aumente la dopamina en dicho lugar, más placentera (y por tanto más positiva), nos parecerá una acción.

La cuantía de esta descarga de dopamina, depende principalmente de tres cosas:

  • En primer lugar, del nivel del estímulo (acción),
  • en segundo lugar, con la intencionalidad (es decir que se perciba que vamos a obtener una respuesta en consonancia con la acción),
  • y en tercer lugar con la inmediatez de la respuesta (el tiempo que transcurre entre la acción y la respuesta).

Cuanto más potente sea la respuesta obtenida (es decir cuánto más se parezca a la expectativa), y más inmediata sea, más dopamina se descargará, y por tanto más placentera nos resultara.

Examinemos esto, en el caso de las redes sociales. Por ejemplo una acción típica, como enviar un e-mail. Es una acción motivada, se espera una respuesta. Que, cuando se produce (sea “buena”, “mala”, o neutra), genera una reacción en nuestro Núcleo Accumbens. ¿Recordamos la ansiedad de esperar noticias por correo postal, y la alegría de recibir una carta esperada? Pues eso no es nada en comparación con la descarga bioquímica que se produce ante una interacción por WhatsApp o Facebook, que se produce por una acción mucho más motivada, y una respuesta infinitamente más rápida.

El problema, es que nuestro cerebro es tremendamente plástico y muy sensible. Y nuestro Núcleo Accumbens, se “acostumbra” a esta estimulación. Y espera la siguiente. Esa, precisamente, es la base de los Trastornos adictivos.

Las redes sociales (todas ellas), tienen todas las características de una sustancia adictiva: Motivación de acción (deseo de consumir), tiempo corto de respuesta (satisfacción inmediata del deseo), respuesta positiva (sensación placentera). Incluso aunque la respuesta a una interacción no sea la esperada, el hecho de obtenerla, y provocarla en los demás implicados, es tremendamente reconfortante.

Siempre se ha criticado, que un drogodependiente o un alcohólico, pusiera en peligro su vida o la de otros, para obtener la sustancia… o abandonara el trabajo, o el cuidado de sus hijos. ¿Entendemos ahora, por que un trabajador descuida sus tareas por mirar el WhatsApp, o llega tarde por escribir una última historia en su Instagram, o le produce tanta angustia ver su Linkedin desactualizado?

La bioquímica cerebral, es el hilo conductor de nuestras conductas. Y pocas cosas existen en la actualidad, con más capacidad de alterarla/estimularla, que la inmediatez de las redes sociales.

Doctor Eduardo Carreño

Doctor Jose Eduardo Carreño Rendueles

Centro Egarsat Oviedo
Dirección de Organización y Red de Centros

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