Trastornos músculo-esqueléticos, ¿cómo disminuirlos?

El objetivo principal de la prevención de riesgos laborales es promover la seguridad y salud de las personas trabajadoras. Con el propósito de mejorar las condiciones de trabajo, administraciones públicas y empresas, destinan todo tipo de recursos. Aun así, las contingencias profesionales siguen produciéndose, comportando pérdidas económicas, sociales y, por encima de todo, personales. Egarsat, con el ánimo de ayudar a las empresas a reducir su siniestralidad, ha elaborado el presente "procedimiento preventivo ante trastornos músculo-esqueléticos", donde se exponen los principales aspectos a considerar por parte de aquellas personas con responsabilidades en prevención de riesgos laborales en sus empresas, que quieran abordar un proceso interno para evitarlos y/o disminuirlos:

1.      Revisar los factores de riesgo que originan los trastornos músculo-esqueléticos (TME). En concreto, deben analizarse:

  • Factores físicos: relacionados con las fuerzas y los movimientos a realizar, las posturas adoptadas y la exposición a vibraciones en el trabajo, tanto en entornos fríos como cálidos.
  • Factores organizativos y psicosociales: relacionados con el nivel de exigencia, control y autonomía sobre las tareas, y la insatisfacción laboral.
  • Factores individuales: como pueden ser el género, historial médico, edad y características físicas.

2.      Evaluación de las condiciones de trabajo. Cuando se detectan TME en la plantilla, se debe realizar una evaluación de las condiciones de trabajo. Existen varios métodos ergonómicos de evaluación de las condiciones de trabajo relacionadas con la manipulación de cargas, las posturas forzadas y los movimientos repetitivos que pueden provocar TME:

  • Posturas forzadas: método OWAS, método RULA, etc.
  • Manipulación de cargas: método G-INSHT, método NIOSH, etc.
  • Movimientos repetitivos: método OCRA, método ERGO, etc.

3.      Evaluación de los sistemas de trabajo. Si los resultados obtenidos a través de los métodos de evaluación, indican la existencia de un riesgo de TME, deberán determinarse acciones encaminadas a la mejora de los sistemas de trabajo teniendo en cuenta los siguientes aspectos:

  • Organizativos del trabajo.
  • Diseño ergonómico del puesto de trabajo.
  • Equipos de trabajo y máquinas.

4.      Implantar un programa genérico de prevención de trastornos músculo-esqueléticos. El programa debe contemplar medidas preventivas dirigidas a eliminar o minimizar los TME tales como:

  • Formar e informar a la plantilla sobre los riesgos a los que están expuestos.
  • Realizar una vigilancia específica de la salud.
  • Adecuar las condiciones de trabajo a las características de las personas.
  • Promocionar estilos de vida saludables.
  • Implementar programas de ejercicios de estiramiento y de refuerzo muscular. Realizar ejercicios de estiramiento antes de empezar a trabajar y durante la jornada aprovechando los períodos de descanso, o en el momento en el que empecemos a notar sobrecarga localizada.
  • Fomentar las pausas activas, evitando realizar los descansos sentados o mirando el móvil, aprovechar el tiempo de descanso para realizar algún ejercicio o estiramiento, o dar pequeños paseos en la medida de lo posible.
  • Mecanizar procesos para realizar la movilización de cargas, movimientos repetitivos, etc.
  • Revisar aspectos ergonómicos del puesto de trabajo (para trabajo de pie o sentados).

5.      Implantar un programa específico de prevención de trastornos músculo-esqueléticos derivados de la manipulación manual de cargas. El programa debe contemplar:

  • Medidas técnicas: utilizar ayudas mecánicas como cintas transportadoras, polipastos, mesas hidráulicas, carretillas, carros, etc.
  • Medidas organizativas: rotación de las personas trabajadoras, pausas adecuadas e intercalar actividades más pesadas con otras más livianas.
  • Informativas y organizativas: sobre los riesgos, formación sobre el uso de los equipos y técnicas correctas de manipulación de cargas.

6.      Implantar un programa específico de prevención de trastornos músculo-esqueléticos derivados de posturas forzadas. El programa debe contemplar:

  • Adaptar el puesto de trabajo a la persona y no al contrario, mejorando la ubicación de esta, para evitar inclinaciones de la cabeza y del tronco, hacer giros o movimientos laterales, ubicando los planos de trabajo según las actividades a realizar para hacerlos más accesibles, mejorando las posturas y posibilitando los cambios de postura.
  • Intercalar diferentes tareas que requieran movimientos y posturas diferentes para no sobrecargar siempre los mismos músculos.
  • Rotar a las personas para reducir el tiempo de exposición.
  • Flexibilizar horarios siempre que sea posible.
  • Establecer pausas para descansar.
  • Organizar el trabajo para evitar la repetición de tareas.

7.      Implantar un programa específico de prevención de trastornos músculo-esqueléticos derivados de movimientos repetitivos. El programa debe contemplar:

  • Medidas técnicas: rediseño del puesto de trabajo desde un punto de vista ergonómico.
    • Mecanización de los puestos de trabajo para reducir el esfuerzo físico del trabajador.
    • Mejorar la distribución del puesto de trabajo.
    • Equipos y herramientas adecuadas a la tarea.
    • Herramientas no vibrantes.
    • Reducir las exigencias físicas del trabajo.
  • Medidas organizativas: destinadas a evitar los trabajos repetitivos, realizar pausas periódicas para conseguir la recuperación muscular, así como establecer la rotación de tareas para hacer trabajar a diferentes grupos musculares y reducir la monotonía.
    • Diseñar nuevos métodos de trabajo, para minimizar los riesgos.
    • Diversificar las tareas del puesto.
    • Establecer pausas periódicas.
    • Rotar los puestos de trabajo.
    • Formar sobre las consecuencias en la salud de los movimientos repetitivos y cómo evitarlas o reducirlas.

 

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