Aspectos a tener en cuenta para la prevención del ictus

La enfermedad cerebrovascular o ictus incluye un conjunto de patologías que alteran transitoria o definitivamente el funcionamiento de una o varias partes del cerebro a causa de un trastorno en los vasos sanguíneos cerebrales.

El número de casos de ictus aumenta cada año y supone la primera causa de hospitalización y fallecimiento en España. Es una enfermedad que se asocia a la edad  y a estilos de vida poco saludables que actúan desfavorablemente sobre los factores de riesgo y que son: la hipertensión arterial, el colesterol, el sobrepeso y la obesidad, la diabetes mellitus, el consumo de tabaco, el consumo excesivo de alcohol y el sedentarismo.

La Organización Mundial de la Salud estima que el número de casos nuevos de ictus se reduciría a la mitad si se lograra un descenso, por parte de la población, de aquellos riesgos que son modificables: la presión arterial, la obesidad, los niveles de colesterol y los índices de tabaquismo. La prevención del ictus debe, pues, abordarse desde el control de dichos factores, así como desde el cambio de los hábitos de vida poco saludables.

A continuación, te detallamos los puntos más importantes a tener en cuenta para prevenir esta enfermedad cerebrovascular:

Cuidar la alimentación: Seguir una dieta ligera y variada, adoptando los hábitos que mejor contribuyen a potenciar la salud, la longevidad y la calidad de vida. La dieta mediterránea, rica y saludable, es un ejemplo de dieta a seguir ya que previene muchas enfermedades propias de la sociedad occidental actual, como las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Estos efectos preventivos se basan en el potencial antioxidante, que evita el daño a los tejidos del organismo, proporcionado por una gran cantidad de alimentos de origen vegetal como cereales, frutas, hortalizas, vegetales, frutos secos y aceite de oliva. Una dieta equilibrada mejora los niveles de colesterol y favorece el mejor control de la presión arterial.

Realizar actividad física: Se recomienda realizar al menos 30 minutos de actividad física moderada al día. Incluso la realización de actividad física ligera como caminar también produce beneficios en la salud debido a los efectos que genera sobre el peso corporal, la presión sanguínea, los niveles de colesterol y la glucemia.

Realizar controles periódicos y seguir los consejos del médico: Vigilar los niveles de presión arterial y colesterol, así como realizar los controles médicos necesarios en caso de padecer diabetes mellitus, son aspectos indispensables para reducir la probabilidad de padecer un ictus.

Dejar de fumar: el tabaquismo multiplica por dos el riesgo de padecer ictus isquémico y por tres el ictus hemorrágico. Tiene un efecto agudo sobre la formación del trombo que tapona las arterias del cerebro y un efecto crónico sobre la aterosclerosis (engrosamiento de las paredes de las arterias cerebrales).

Reducir el consumo de alcohol: El exceso consumo de alcohol aumenta la probabilidad de padecer un ictus. Es recomendable disminuir el consumo de alcohol.

Además del control de los factores de riesgo mencionados anteriormente, una rápida actuación en caso de padecer un ictus es también crucial puesto que se trata de una emergencia médica. Por lo tanto, es muy importante reconocer sus síntomas para acudir de forma inmediata a un hospital, y que éstos puedan actuar con celeridad para minimizar las secuelas.

Los síntomas aparecen bruscamente y como signos de alarma se pueden destacar:

• Pérdida de fuerza o de sensibilidad, o parálisis de una parte del cuerpo.

• Alteración repentina del habla, cuesta articular las palabras o bien existe dificultad para comprender.

• Dolor de cabeza de inicio súbito e intenso.

• Pérdida súbita de la visión de un ojo o de ambos, total o parcial.

• Sensación de vértigo intenso con pérdida de la estabilidad o descoordinación de movimientos.