Día Mundial de la Seguridad del Paciente

El Día mundial de la Seguridad del paciente, establecido por la Asamblea Mundial de la Salud en 2019 se celebra cada año el 17 de septiembre para dar a conocer este tema en todo el mundo, fomentando así la colaboración de la población para que la actuación de la salud sea más segura promocionando la prevención y reduciendo los daños causados a los usuarios. La seguridad del paciente se puede desarrollar desde diferentes aspectos y cada año toma relevancia un tema que nos ayuda a mejorar estos aspectos.

Este año, la OMS se reafirma con un reto ya lanzado en el 2017. La medicación sin daño, y desde Egarsat, sensibilizados y comprometidos con esta necesidad ya ha realizado acciones que ayudan a conseguir este objetivo. Recientemente se están llevando a cabo cursos formativos a nuestros facultativos sobre la Redacción de informes médicos donde se enfatiza la necesidad de redactar informes claros y entendibles para cualquier paciente donde, sobre todo queden claramente identificados los tratamientos farmacológicos y pautas a seguir ayudando a conseguir nuestro objetivo principal, una medicación segura, una medicación sin daño.

Mano medicación

No obstante, conscientes del gran papel que jugamos todos en la seguridad del paciente en una medicación sin daño, la OMS nos anima a empoderar a los pacientes y a las familias para que se impliquen activamente en el uso de los medicamentos. Y es que todas las personas a partir de cierta edad, hemos sido pacientes de alguna dolencia, ya sea orgánica o psíquica, cuya afectación ha requerido del uso de un tratamiento.

En ocasiones este tratamiento ha sido farmacológico. Es un hecho indiscutible que prácticas de medicación poco seguras y errores de medicación figuran entre las principales causas de daños evitables en la atención de salud en todo el mundo y es labor de todos, participar y colaborar para minimizar los errores producidos. En esta misión, apelamos al papel del paciente y familiares para conseguir un uso seguro y adecuado de los medicamentos. Todos deben implicarse de forma activa para garantizar un mejor uso de los fármacos.

Para conseguir este reto, es importante que el paciente informe al personal sanitario de todas aquellas enfermedades que presenta (conocidas) y tratamientos farmacológicos que toma habitualmente, así como de las alergias que presente (tanto farmacológicas como alimentarias ya que éstas, en ocasiones, también pueden interaccionar con la toma y/o administración de fármacos.  Se debe de tener en cuenta que los fármacos, por ellos mismos o al interaccionar con otros en nuestro organismo, pueden agravar patologías preexistentes o desestabilizarlas. Ejemplos son pacientes con diabetes o hipertensión arterial. Hay multitud de fármacos que pueden empeorar el curso evolutivo de estas enfermedades crónicas. Otros fármacos habituales son los anticonceptivos orales.

Por otro lado, es imprescindible evitar la automedicación, por la gran repercusión y efectos negativos que puede comportarnos tanto a nosotros como a la sociedad.

Ante una prescripción farmacológica el paciente debe disponer de una documentación clave. En dicha documentación debe:

  • Especificarse claramente y con letra legible el nombre comercial y/o genérico del fármaco a tomar. El paciente debe saber y entender el porqué de dicha prescripción.
  • Indicarse la dosis que se debe tomar (evitando las siglas) y especificando claramente las tomas que deben realizarse diariamente.
  • Indicar la duración del tratamiento: Hasta cuándo debe tomarse la medicación.
  • Especificarse pautas importantes (antes o después de las comidas, 30 minutos antes de acostarse, en ayunas…).
  • Resaltar si es preciso evitar el consumo o la asociación de algún tipo de alimento o bebida con el fármaco.

El paciente debe conocer cuáles son las señales de alerta más habituales que son indicativas de necesidad de suspender el tratamiento y consultar al servicio médico (náuseas, vómitos, Rush cutáneo…).

También es importante conocer efectos secundarios que carecen de importancia, que pueden asustar a los consumidores (estreñimiento, cambio en el color de la orina…).

Conseguir sensibilizar a pacientes y familiares, del gran papel que desempeñan al controlar estas simples pautas, es imprescindible para lograr una prescripción segura… una medicación sin daño.

 
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