Consejos para afrontar la fatiga pandémica

Hace ya más de un año que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba el virus de la COVID-19 pandemia mundial, obligando a tomar una serie de difíciles decisiones con el objetivo de contrarrestar y mitigar sus efectos en la población. Las medidas adoptadas, responden a un conjunto de recomendaciones y sugerencias que el propio organismo elaboraba en un informe en el que se analizaban las actitudes y conductas de la población.

Las medidas aplicadas (estado de alarma, mascarillas, restricciones, distanciamiento social…) se han ido alargando en el tiempo. En consecuencia, el mantenimiento prolongado de las normas adoptadas ha provocado el agotamiento generalizado de la población. Aspectos como el miedo a lo desconocido, el colapso económico producido o el tener que volver a empezar cuando la situación parecía controlada, ha provocado la denominada fatiga pandémica

¿Qué es la fatiga pandémica?

Según la Organización Mundial de la Salud, «la fatiga pandémica es la desmotivación para seguir las conductas de protección recomendadas que aparece de forma gradual en el tiempo y que está afectada por diversas emociones, experiencias y percepciones, así como por el contexto social, cultural, estructural y legislativo».

CONSECUENCIAS DE LA FATIGA PANDÉMICA

  • Estrés
  • Alteraciones del sueño
  • Alteraciones de ánimo
  • Anhedonia
  • Agotamiento
  • Problemas de concentración
  • Cansancio
  • Frustración
  • Irritabilidad
  • Descompensación de patologías previas

CONSEJOS PARA AFRONTAR LA FATIGA PANDÉMICA

Ante esta situación, podemos aplicar una serie de recomendaciones y consejos refrendados por la Organización Mundial de la Salud para poder afrontarla:

Manejar de forma adecuada el consumo de información sobre la Covid-19 ofrecida por medios audiovisuales. Informarse siempre a través de medios fiables. La sobreinformación indiscriminada puede ocasionar información, a veces, rigurosa y, en otras ocasiones, ser falsas con difusión de bulos, etc.

No restar horas de sueño, intentando dormir de 7 a 8 horas diarias, evitando las siestas diurnas muy largas y respetando los horarios.

Seguir una dieta adecuada, variada y equilibrada, rica en frutas y verduras, ya que aporta un incremento de vitaminas y antioxidantes que ayudan al sistema inmunitario y la mejora del estado de ánimo.

Evitar hábitos tóxicos o poco saludables: reducir el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias estimulantes.

Fomentar las relaciones personales; tanto de forma presencial, guardando todas las medidas de seguridad; como de forma digital, utilizando redes sociales, videollamadas, etc. El hecho de estar aislado/a no implica que se tenga que renunciar al contacto social con amigos o familiares y contribuye a no sentirse solo/a.

Realizar deporte o actividad física de forma regular. La actividad deportiva disminuye el estrés y aumenta el bienestar. Hay que hacerlo acorde con la edad y dedicar una media hora diaria, evitando las horas próximas al sueño.

Disfrutar del tiempo de ocio. Reservar tiempo para poner en práctica aficiones, leer, descansar, etc.

Utilizar técnicas de autocontrol: practicar actividades como relajación, meditación, ejercicios de respiración, etc., ya que contribuye a reducir el estrés.

Observar nuestro organismo, implementado medidas de autocuidado.

La fatiga pandémica puede afectar también en el entorno laboral, por lo que es muy importante que las empresas se interesen en conocer el estado emocional de los empleados estableciendo acciones que permitan promover un entorno seguro y saludable.

DRJoanFrancesc

Doctor Joan Francesc Hernández Terradas

Coordinador Médico de Grandes Cuentas
Dirección de Gestión del Mutualista

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