El alcohol y otras drogas en el ámbito laboral

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Todos los estudios que analizan la repercusión de las adicciones, alcohol y drogas coinciden, básicamente, en el impacto negativo que tienen sobre la siniestralidad y el absentismo laboral:

  • Uno de cada tres accidentes laborales mortales están relacionados con el consumo de sustancias.
  • El absentismo de los trabajadores que consumen alcohol y otras drogas es de dos a tres veces mayor que el resto de los trabajadores.
  • Entre un 15% y un 30% de accidentes están relacionados con la ingesta de alcohol.

Hay múltiples estudios, pero todos concluyen en la misma línea. No se trata de discutir sobre el porcentaje concreto, porque cada análisis tiene su metodología pero, lo que es indudable, es el impacto negativo que tienen sobre el absentismo laboral.

Una  realidad que afrontar a nivel organizacional

 

Ante esta situación, caben dos posturas desde el punto de vista empresarial: gestionarlo como un problema individual del trabajador y/o gestionarlo como un factor de riesgo global dentro la empresa.

Como casi todo en la vida, en el término medio está la postura más adecuada. Si bien es un problema individual del trabajador, difícilmente podrá solucionarlo sin la colaboración de su entorno, en el que la empresa tiene papel fundamental. Sin embargo, si el empresario lo gestiona de manera global e igual para todos, tampoco podrá solucionarlo dadas las particularidades de cada caso.

Política de actuación: prevención, intervención y reincorporación

 

La clave está en la gestión global con intervención individualizada. Se trata de un modelo de gestión denominado PAE (Programa de Ayuda al Empleado).

Existen diversos modelos, pero todos deben permitir:

PREVENCIÓN

Sensibilización, detección y anticipación ante posibles casos. Crear los mecanismos para legitimar la intervención (pacto con representantes de los trabajadores).

INTERVENCIÓN

Personalizada y no discriminatoria, que garantice la confidencialidad de datos.

REINCORPORACIÓN

Flexible, adaptativa y colaborativa

No es objeto de este artículo concretar las diferentes posibilidades de un PAE, sino reflexionar sobre su alcance. Antes hablábamos del entorno, y decíamos que el trabajo formaba parte del mismo. Y, por supuesto, del también del ámbito personal. La gestión de un problema de adicción de un trabajador debería contar o tener en cuenta también la esfera privada del mismo, y trabajar conjuntamente. Evidentemente no resulta sencillo para la empresa impactar positivamente en la esfera privada del trabajador por muy bien intencionada que sea; hay impedimentos legales, desconfianzas y dudas por parte de dicha esfera.

PAE: herramienta efectiva en entornos de trabajo saludables

Una manera de disiparlas, es la transparencia del PAE; que sea conocido, comunicado, aceptado tácita o expresamente y que, ante todo, quede claro que la opción de la empresa en este asunto es “ayudar” al trabajador por encima de fiscalizar o penalizar.

No podemos olvidar que un PAE  en una empresa, por sí mismo, no tiene sentido. Tiene que estar dentro de un concepto de empresa saludable. El PAE debe actuar como uno de los instrumentos que garantice a los trabajadores que realmente la salud es importante para la empresa. Un instrumento clave, que debe ser operativo y contribuir a que tanto empresa como sus trabajadores apuesten por la cultura de la salud.

En definitiva, el consumo de alcohol y drogas en el ámbito laboral conlleva graves peligros: aumento de las posibilidades de tener un accidente laboral, perjuicios para la empresa y compañeros de trabajo y disminución del rendimiento del trabajador en su puesto de trabajo. Por ello, es importante tomar medidas tanto de prevención como de actuación para una adecuada gestión.

Ramón Matabosch Grifoll
Productos y Servicios
Dirección Gestión del Mutualista