¿Qué es la esquizofrenia?

En 1908 el psiquiatra suizo Eugen Bleuler fue quien estableció el término esquizofrenia (del griego “schizein” y “phren”), lo que viene a significar escisión de la mente. Este término fue introducido a raíz de dar una explicación psicopatológica más amplia al término de “dementia praecox”, que el psiquiatra alemán Emil Kraepelin, considerado el pionero de la psiquiatría moderna, describió en 1893 en algunos pacientes con severa perturbación de la conciencia y confusión mental, cuya sintomatología  debutaba en la adolescencia o a principios de la edad adulta. Este término  ya fue descrito anteriormente por el francés Benedict Morel el año 1860, “démence précoce” que lo empleó para describir la sintomatología que inducia rápidamente a la demencia en individuos jóvenes.

 

Actualmente sabemos que la esquizofrenia afecta aproximadamente a más de 21 millones de personas en el mundo,  lo que significa entre un    1-2% de la población. Es más frecuente en hombres que en mujeres, con debut a edad más temprana en ellos. En España se estiman aproximadamente unos 600.000 casos. Es un trastorno grave y complejo, que implica una distorsión del pensamiento (delirios con creencias persistentes y erróneas), de la percepción (alucinaciones auditivas y en ocasiones visuales), de la conducta y comportamiento con lenguaje desorganizado, pudiendo además estar afectadas casi la totalidad de las funciones cognitivas, y casi siempre con nula conciencia de enfermedad.  Es un trastorno crónico que causa invalidez social y laboral, siendo la tercera causa de discapacidad en el mundo entre la juventud.

 

La causa o etiopatogenia de la esquizofrenia esta en continuo estudio, su origen es de probable origen multifactorial donde genes y factores ambientales parecen decisivos y entrelazados.

  • Factores genéticos. Habría varios genes implicados, con un modo de transmisión complejo. Investigaciones recientes avalan que ciertos genes estarían activos en fases del desarrollo cerebral y diversos factores ambientales favorecerían el debut de la enfermedad.
  • Factores ambientales. Traumatismos y/o hipoxia durante el parto. Enfermedades infecciosas en la madre en el último trimestre de gestación, incluyendo algunas parasitosis (Toxoplasma gondii). Consumo de drogas como inductor del debut psicótico, etc.

 

Por su sintomatología se describen dos tipos de características, enunciadas como:

  • Síntomas positivos: Importantes en los primeros brotes o debut de la enfermedad con trastornos del pensamiento, ideas delirantes de características paranoides, alucinaciones preferentemente auditivas, habla desorganizada, desorganización del comportamiento, etc.
  • Síntomas negativos: Empobrecimiento del pensamiento y la cognición, pobreza del lenguaje y del discurso, abulia-apatía, anhedonia o incapacidad para el disfrute y el placer, inexpresividad afectiva, falta de energía, etc.

 

La esquizofrenia ha sido una enfermedad muy estigmatizada durante siglos por el completo desconocimiento de su origen y achacarla a causas sobrenaturales. Ello implico que en la Edad Media muchos enfermos fueran etiquetados de herejes y antisociales con las consiguientes consecuencias.

En la actualidad la enfermedad, continua en algunos ámbitos, siendo estigmatizada lo que comporta la limitación a la educación, la vivienda y al mundo laboral, situación que no se da en otras patologías.

En los últimos 50 años y gracias a la investigación, al arsenal terapéutico y el apoyo psicosocial disponible, la esquizofrenia se ha convertido en una enfermedad tratable en el mundo desarrollado. Lamentablemente y según la OMS, más del 50% de los enfermos no están recibiendo un tratamiento adecuado, son principalmente los afectados que viven en países de renta media y baja y no tienen acceso ni a la atención médica especializada ni a la farmacológica.

Se estima que aproximadamente el 70% de los enfermos  de esquizofrenia tratados adecuadamente logra obtener un nivel de vida aceptable, de los cuales casi la mitad pueden mantener actividades laborales protegidas y actividades sociales. En muchos pacientes será difícil mantener la actividad laboral previa al brote, por la perpetuación de la sintomatología y el déficit neurocognitivo que se produce. El diagnóstico y el inicio precoz del tratamiento y su adherencia, es fundamental para mejorar la opción y la oportunidad de empleo con la consiguiente integración a la sociedad. El tratamiento de mantenimiento y el seguimiento por especialista permite la remisión de sintomatología, disminuir las recaídas y minimizar el estrés.  Aunque los trastornos psicóticos son relativamente escasos en el mundo laboral, por la dificultad de estos enfermos a conservar su trabajo, el pronóstico laboral vendrá determinado por todos los factores mencionados.

 

Doctor Joan Francesc Hernandez Terradas

Coordinador Médico de Grandes Cuentas
Dirección de Gestión del Mutualista