Cada vez hay más oferta de productos y en ocasiones cuesta saber cuáles son los más sanos.
Tener buenos hábitos alimentarios y realizar actividad física diaria, son la base para mantener un estilo de vida saludable.
Actualmente cuando realizamos la compra de la semana o del mes, sea en un supermercado o en un pequeño comercio de proximidad, encontramos una gran variedad de productos alimentarios, incluso del mismo producto podemos encontrar diversas marcas, lo que dificulta la elección de aquél que es más saludable.
El modo en el que se presentan los productos alimentarios nos puede llegar a confundir a la hora de escoger un producto, haciéndonos pensar que son saludables cuando realmente no lo son. Por eso, para saber cuál es el más saludable debemos fijarnos en las etiquetas, consultando la lista de ingredientes y la información nutricional. Por normativa, el orden en el que aparecerán los ingredientes del producto será del que tenga más porcentaje al que menos, siendo los más abundantes los que saldrán en primer lugar. Por ejemplo, si en la etiqueta de unas magdalenas, el primer ingrediente es azúcar, quiere decir que lleva más azúcar que cualquier otro ingrediente. En la información nutricional encontraremos el valor energético, el contenido de sal, hidratos y azúcar, proteínas, fibra y grasa.
Es preferible comprar alimentos sin etiqueta (por ejemplo, una lechuga, judías verdes, fruta, alimentos frescos y de temporada) que no están procesados, es decir, que van directos del campo al carro de la compra. Y posteriormente de alimentos mínimamente procesados, es decir, alimentos en cuya etiqueta haya cinco o menos ingredientes con un bajo contenido en azúcares libres, sal y aceites refinados.
¿Qué es la alimentación saludable?
Es aquella en la que se priorizan alimentos sin procesar o mínimamente procesados, dejando los productos ultraprocesados en un porcentaje muy pequeño y que favorece un buen estado de salud y disminuye el riesgo de enfermedades crónicas relacionadas con ella.
Para seguir una alimentación saludable se deben consumir los siguientes alimentos:
A diario
Verdura, hortalizas, frutas, cereales integrales, patatas, lácteos y aceite de oliva.
Al menos tres veces por semana
Carnes blancas, pescado y mariscos, huevos, legumbres y frutos secos.
Una vez por semana
Carnes rojas.
A todos estos alimentos hay que sumar el AGUA, siendo recomendable beberla a diario.
Evitar o limitar
El consumo de carnes procesadas, embutidos, snacks, bollería y pastelería, bebidas azucaradas como zumos envasados y refrescos, bebidas alcohólicas, helados, platos precocinados, etc.
Si atendemos al modo más recomendable de preparar una comida, su composición debería ser la siguiente:

- La mitad del plato debería estar compuesto por verduras y hortalizas.
- Una cuarta parte por tubérculos y cereales o derivados (alimentos ricos en carbohidratos)
- Y la otra cuarta parte por pescados o mariscos, huevos, carnes, legumbres (alimentos proteicos),
- Para acompañar el plato, es preferible, con agua para beber, aceite de oliva para aliñar y fruta en el postre.
Con estas bases, nuestra recomendación es preparar semanalmente un menú saludable y variado en casa, así como la lista antes de ir a la compra, para no llenar el carro más de lo necesario y evitar el desperdicio de alimentos. También es importante que no lo hagamos con hambre, ya que de esta manera evitaremos comprar más productos, o caprichos que no tenemos apuntados en la lista.
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